Jesús maldice la higuera en dos Evangelios del Nuevo Testamento: en el Evangelio de Mateo (Mateo 21:18-22) y en el Evangelio de Marcos (Marcos 11:12-14, 20-25).
Mateo 21:18-22
Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
Mateo 21:18-22
Marcos 11:12-14
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.
Marcos 11:12-14
Marcos 11:20-25
Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
Marcos 11:20-25
¿Cómo se interpreta cuando Jesús maldice a la Higuera en la Biblia?
La historia de Jesús maldiciendo a la higuera, que encontramos tanto en Mateo como en Marcos, es un relato lleno de significado espiritual y lecciones para los creyentes. Este episodio no es solo una demostración del poder de Jesús, sino también una parábola viviente de enseñanza profunda.
Cuando Jesús maldice a la higuera por no tener frutos, aunque no era temporada de higos, está presentando una lección visual sobre la importancia de la fe genuina y la necesidad de vivir de acuerdo con esa fe. La higuera, con sus hojas frondosas, prometía frutos que no tenía. En este sentido, simboliza la apariencia de piedad o religiosidad sin la sustancia de la verdadera fe y la obediencia a Dios.
El acto de Jesús no es solo un milagro que demuestra su autoridad sobre la creación, sino también una advertencia contra la hipocresía
Así como la higuera parecía fructífera pero estaba vacía, las personas pueden parecer piadosas exteriormente pero estar espiritualmente vacías por dentro. Jesús enseña aquí que Dios busca frutos de fe y amor en nuestras vidas, no solo apariencias externas de religiosidad.
La reacción de los discípulos ante el milagro abre la puerta para que Jesús hable sobre la fe. Les asegura que si tienen fe en Dios y no dudan, pueden hacer milagros incluso mayores, como mover montañas. Este mensaje resalta la potencia y la importancia de la fe verdadera, que confía plenamente en Dios y en su poder.
Además, Jesús conecta la fe con la oración, enseñando que cuando oramos con fe genuina, creyendo sinceramente que recibiremos lo que pedimos, Dios escuchará y responderá nuestras oraciones. Este pasaje también nos recuerda la importancia del perdón en la vida de oración, destacando que debemos perdonar a los demás para que Dios también nos perdone a nosotros.