Aunque el término «libre albedrío» como tal no aparece de forma explícita en muchos textos bíblicos, el concepto está implícito en varios pasajes: Deuteronomio 30:19-20, Josué 24:15, Gálatas 5:13.
Deuteronomio 30:19-20
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.
Deuteronomio 30:19-20
Josué 24:15
Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
Josué 24:15
Gálatas 5:13
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
Gálatas 5:13
¿Cómo se interpreta el libre albedrio en la Biblia?
El libre albedrío, tal como se revela en las Escrituras Sagradas, es un don divino que nos permite elegir nuestro camino, ya sea hacia la luz y la vida eterna con el Señor o hacia la oscuridad y la separación de Su gracia. Es una manifestación de la misericordia y el amor infinitos de Dios, que, a pesar de Su omnipotencia, nos concede la libertad de aceptar Su mano guiadora o rechazarla.
En Deuteronomio 30:19-20, se nos presenta una elección clara: la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Este pasaje subraya la soberanía de Dios al darnos la capacidad de escoger, pero al mismo tiempo nos orienta hacia la elección que conduce a la vida. Al instarnos a amar a Jehová, escuchar Su voz y seguirle, se nos recuerda que la verdadera vida se encuentra en la comunión con Él, y que nuestras decisiones tienen un impacto no solo en nosotros mismos sino también en nuestras generaciones futuras.
Josué 24:15 refuerza esta noción al plantear un desafío ante el pueblo de Israel: elegir a quién servirán. Este llamado a tomar una decisión no es meramente una elección entre distintos dioses, sino una invitación a comprometerse plenamente con el camino que Dios ha trazado para nosotros, rechazando las falsas promesas de ídolos terrenales. La declaración final de Josué, «pero yo y mi casa serviremos a Jehová», es un poderoso testimonio de fe y dedicación.
Por último, Gálatas 5:13 nos advierte sobre el uso indebido de nuestra libertad. Aunque somos libres, se nos exhorta a no utilizar esa libertad para indulgencias egoístas, sino para servirnos mutuamente con amor. Esta enseñanza refleja la esencia del libre albedrío: no es simplemente la capacidad de hacer lo que deseamos, sino la oportunidad de elegir amar y servir a Dios y a nuestros prójimos según los mandamientos divinos.
Así, el libre albedrío en la Biblia es un testimonio de la confianza que Dios deposita en nosotros, invitándonos a participar en una relación amorosa con Él, basada en la elección consciente y el deseo genuino de seguir Su camino. Nos llama a usar este don precioso no para la autogratificación, sino como un medio para reflejar Su amor y luz en el mundo, guiando a otros hacia la verdad y la salvación que se encuentra en Cristo Jesús.
