Saltar al contenido
labibliadice.com.es

¿En qué parte de la biblia dice los últimos serán los primeros?

La frase «los últimos serán los primeros» se encuentra en el Nuevo Testamento de la Biblia, específicamente en Mateo 19:30.

 Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.

Mateo 19:30

¿Cómo se interpreta cuando en la biblia dice «Los útimos serán los primeros»?

Esta frase, «Los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos», captura una profunda enseñanza que Jesucristo quiso transmitir a sus seguidores y que se encuentra en el Evangelio según San Mateo. En el contexto de la fe y el camino espiritual que propone el cristianismo, esta enseñanza nos invita a reflexionar sobre los valores del Reino de Dios, que a menudo contrastan con los valores predominantes en el mundo.

Cuando Jesús afirma que «los últimos serán los primeros», nos está hablando de la inversión de los valores mundanos en el Reino de los Cielos. En muchas sociedades, las personas tienden a valorar el poder, la riqueza, el éxito y el reconocimiento. Sin embargo, en el mensaje de Jesús, estas medidas terrenales de éxito no son las que determinan nuestra grandeza en el Reino de Dios.

Esta frase nos llama a la humildad, a servir a los demás y a poner nuestras vidas al servicio de Dios y de nuestro prójimo. Nos recuerda que en el camino de la fe, a menudo aquellos que son considerados «menos importantes» según los estándares del mundo, como los pobres, los marginados, los que sufren, serán honrados en el Reino de Dios.

Además, este mensaje lleva un consuelo y una esperanza para aquellos que se sienten «últimos» en este mundo. Nos asegura que Dios ve más allá de nuestra posición social, de nuestras riquezas y de nuestro estatus. Lo que verdaderamente valora es nuestro corazón, nuestra disposición a seguirlo, a amarlo y a servir a los demás en su nombre.

Por tanto, la invitación es a revisar nuestras prioridades y valores, a buscar la verdadera grandeza en el amor, el servicio y la humildad, siguiendo el ejemplo de Jesús. Esta enseñanza nos anima a abrir nuestros corazones y a vivir de una manera que refleje los valores del Reino de Dios, recordando siempre que en sus ojos, el verdadero valor de una persona no se mide por su posición en la sociedad, sino por su amor y servicio hacia los demás.