La Biblia no prohíbe específicamente el uso de aretes. Sin embargo, en algunos pasajes biblícos se hace énfasis en la modestia y la sobriedad en la forma de vestir y adornar nuestro cuerpo.
Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
1 Timoteo 2:9-10
Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.
1 Pedro 3:3-4
¿Cómo se interpreta el uso de Arete en la biblia?
Los pasajes de 1 Timoteo 2:9-10 y 1 Pedro 3:3-4 en la Biblia se enfocan en la modestia y la importancia de las cualidades internas sobre los adornos externos. Estos versículos son a menudo interpretados como un llamado a la sencillez y a evitar la ostentación en el vestir y en los adornos personales, incluyendo los aretes y otras joyas.
En 1 Timoteo 2:9-10, el apóstol Pablo aconseja a las mujeres cristianas a vestirse de manera decorosa y modesta, no con adornos extravagantes como peinados lujosos, oro, perlas o vestidos caros, sino que su adorno sea el de las buenas obras. Esto sugiere una preferencia por la simplicidad y la piedad en la presentación personal, promoviendo valores como la humildad y el enfoque en el carácter y las acciones en lugar de en la apariencia externa.
De manera similar, 1 Pedro 3:3-4 destaca la importancia de la belleza interna sobre la externa. Se anima a las mujeres a que su belleza no provenga de adornos externos como peinados elaborados, joyas y ropa cara, sino del «adorno interno» de un espíritu gentil y tranquilo, el cual es precioso a los ojos de Dios. Este pasaje refuerza la idea de que las cualidades internas, como la bondad, la paz y la humildad, son más valiosas que cualquier adorno físico.
La interpretación de estos pasajes puede variar entre las distintas denominaciones y culturas cristianas. Algunos pueden verlos como una directriz para evitar por completo el uso de joyas y adornos, mientras que otros pueden interpretarlos como una llamada a la moderación y a centrarse en la belleza interna sin necesariamente prohibir el uso de adornos de manera absoluta. En última instancia, se considera una cuestión de interpretación personal y de cómo cada individuo cree que puede vivir de acuerdo con estos principios bíblicos en su contexto cultural y personal.
Es importante destacar que, aunque estos pasajes abogan por la modestia y la sobriedad, no condenan categóricamente el uso de todo adorno o joya, sino que ponen énfasis en la prioridad de las virtudes internas sobre la apariencia externa. En este contexto, el uso de aretes y otros adornos puede ser aceptable siempre y cuando no se haga con un espíritu de vanidad o extravagancia y no distraiga de las cualidades internas que son más valoradas por Dios.