La unción con aceite se menciona en varias partes de la Biblia. En el Antiguo Testamento, se utilizaba para consagrar a sacerdotes y reyes, como se ve en Éxodo 30:22-33 y 1 Samuel 16:13. En el Nuevo Testamento, Santiago 5:14-15 habla de ungir a los enfermos con aceite para orar por su sanación. Esta práctica simboliza la consagración y la petición de la presencia y ayuda de Dios.
Éxodo 30:22-33
Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin. Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa. Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso, el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base. Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado. Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones. Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros. Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo.
Éxodo 30:22-33
1 Samuel 16:13
Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.
1 Samuel 16:13
Santiago 5:14-15
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
Santiago 5:14-15
¿Cómo se interpreta la unción en aceite en la biblia?
La unción en aceite, según la sagrada escritura, es un acto profundamente simbólico y espiritual que manifiesta la presencia y la bendición de Dios sobre aquellos que son ungidos. En el contexto bíblico, la unción se realiza con aceite especialmente consagrado y representa una señal divina de consagración, sanación y protección.
En Éxodo 30:22-33, Dios instruye a Moisés sobre la preparación de un aceite de santa unción compuesto por mirra, canela, cálamo, casia y aceite de oliva. Este aceite no era un ungüento ordinario, sino una mezcla sagrada destinada a consagrar el Tabernáculo, sus utensilios y a los sacerdotes, marcándolos como santos y separados para el servicio divino. Esta unción significaba que todo lo que se ungía quedaba apartado para Dios, imbuido de su santidad y bajo su especial cuidado y protección.
En 1 Samuel 16:13, vemos otro aspecto de la unción: la elección y el empoderamiento por parte de Dios. Cuando Samuel unge a David, no es simplemente un rito ceremonial. Es el momento en que el Espíritu de Jehová viene sobre David, señalándolo como el escogido por Dios para ser rey de Israel. Esta unción simboliza la dotación del poder, la sabiduría y la gracia divina necesaria para llevar a cabo la misión encomendada por Dios.
En el Nuevo Testamento, la unción adquiere una dimensión de sanación y restauración. Santiago 5:14-15 nos habla de ungir a los enfermos en el nombre del Señor, un acto de fe que invoca la presencia sanadora de Dios. La oración y la unción juntas son una poderosa expresión de confianza en la misericordia y el poder de Dios para sanar, no solo físicamente, sino también espiritualmente, ofreciendo perdón y restauración.
Por lo tanto, la unción en aceite es un profundo acto de fe que trasciende lo meramente físico o ritual. Es una forma tangible a través de la cual los creyentes experimentan la presencia, la elección, la protección y la sanación de Dios. Cada acto de unción es un recordatorio de que Dios está íntimamente involucrado en nuestras vidas, consagrándonos para sus propósitos, equipándonos con su Espíritu y ofreciéndonos su sanación y restauración. En la unción, nos encontramos cara a cara con la gracia de Dios, que nos aparta, nos empodera y nos renueva para su gloria.